El libro se publicó por primera vez en el Reino Unido en el año 2009, editado por “Zero Books”. La primera edición en Argentina la publicó “Caja Negra” en el año 2016. Un año después de esta publicación en Español, su autor, Mark Fisher ponía fin a su propia vida. En este libro el autor ya exponía algunas de sus reflexiones sobre cómo afectaba su vida personal su trabajo docente precarizado.
Realismo capitalista: ¿No hay alternativa? no es un libro fácil de leer pero es una invitación a reconocer la propia realidad económica, particularmente en el éxito que ha tenido en el mundo occidental la economía liberal desde el fin de la guerra fría. Como no sabía por dónde empezar a escribir esta reseña, hice un juego, un ejercicio, o una investigación en el mercado editorial argentino. Busqué en la empresa web “Mercado Libre” a qué precio se vendía el libro y me encontré que en castellano estaba a $9400 y en inglés 12 veces más su precio, $109.499.
Uno de los problemas que Fisher estudia es cómo el capitalismo ha penetrado en la dimensión emocional del cuerpo, construyendo un sofisticado sistema de control emocional para ocultarse a sí mismo como sistema económico ante la desaparición de la economía socialista en occidente. Ante este escenario el autor nos invita a aceptar y reconocer al capitalismo tal cual es, buscando recursos para tomar distancia del pensamiento de izquierdas anti-capitalista. Fisher va a resaltar que la pregunta no debería ser acerca de la dicotomía consumir o no consumir, sino sobre qué y cómo consumir.
Se trata de un libro de 152 páginas, organizado en 9 ensayos y dos apéndices. Es un libro sobre las economías dominantes de Estados Unidos y el Reino Unido. Está escrito con una perspectiva académica, repleto de citas bibliográficas que por momentos pueden hacer sentir al lector que se está perdiendo de algo por no haber leído los libros de todos los intelectuales a los que Fisher cita. Sin embargo, no es un libro cerrado, ni hermético. Se deja leer para hacernos pensar mucho, podemos decir.
Fisher toma distintas representaciones en el cine, la literatura, la televisión y la música, para desplegar todo un andamiaje que le permite reflexionar sobre la economía de mercado de los Estados Unidos desde una perspectiva británica, por momentos dejando a un lado la perspectiva histórica sobre el territorio de Estados Unidos que fue colonizado y saqueado justamente por el Reino Unido.
Es un libro sobre crítica cultural en relación a las representaciones que ofrece la industria cultural en una estética hegemónica complementaria al realismo socialista. Se critica tanto al realismo capitalista, como al realismo socialista. Y en ese análisis la lectura puede resultar angustiante por arrojarnos a un laberinto del cual parece no haber salida, o en términos de Fisher parafraseando a Margaret Tacher, “no hay alternativa”.
“La privatización del estrés” es el título de uno de los capítulos donde mejor se sintetiza el pensamiento original de Mark Fisher. Uno de los aportes más interesantes de este libro es acerca de las relaciones entre el padecimiento mental y trastornos psicóticos. A lo largo de todo el libro, pero particularmente en este capítulo Fisher muestra como son los propios individuos quienes se alienan al incorporar literalmente en su intimidad las narrativas de la economía liberal sobre el padecimiento mental. En este capítulo es en el cual describe al capitalismo como el único sistema posible para Occidente y sitúa en el año 1989 cuando este sistema logra consagrar su éxito al lograr su propia invisibilidad. El dato de color: una de las citas sobre la “invisibilidad del capitalismo” es del libro “La verdad acerca de la democracia” del sociólogo argentino, Atilio Boron.
La obra de Fisher, como suele pasar en algunos cenáculos intelectuales argentinos, ha despertado cierto fanatismo devoto expresado en una vigilia religiosa como homenaje, suspendiendo la conciencia crítica en favor del jolgorio carnavalesco. Si bien algunas propuestas de Fisher son realmente síntesis que él hizo en su arduo trabajo teórico e intelectual, hay otras ideas que fueron planteadas con anterioridad como es el caso de la descomposición subjetiva, propuesta por el filósofo argentino Rodolfo Kusch en la década del 60 del siglo pasado. Muchas de las ideas de Kusch como la descomposición subjetiva dialogan desde otro tiempo y otra realidad socio-económica con las políticas de la des-identidad para la destitución subjetiva propuestas por Mark Fisher en su muy recomendable libro Realismo capitalista: ¿No hay alternativa?