En la foto se ve un niño de 2 años sentado en un banco leyendo atentamente un libro para niños.
Un fanzine virtual, es una revista mensual que envio por correo electrónico. Si querés publicar un poema, un cuento, una reflexión en el fanzine de Noviembre, enviame el texto por correo electrónico alanrobinson2010@gmail.com. Si es un texto muy largo, lo voy a ir publicando por episodios, como si fuera una serie con temporadas. En la foto se ve a Jorge Bonino, un hombre de unos 40 años, de traje blanco dibujando en una pizarra con tiza. Usa barba y pelo despeinado.
ACCESIBILIDAD.
El Domingo pasado fui a ver la película “Un cuerpo estalló en mil pedazos” en el barrio de Congreso, en la ciudad de Buenos Aires. Está en la cartelera del cine Gaumont y es “muy bonita”.
Aparecen los testimonios de psiquiatras y psicólogas, bastante “caraduras” que para quienes conocen la obra y la figura de Bonino pueden resultarnos como expresaba Artaud: erotómanos. La erotomanía describe un padecimiento que caracteriza a toda persona narcoterapeuta. No pueden dejar de seducir a sus pacientes y lo hacen compulsivamente, causándoles más padecimientos y problemas de los que ya tienen. La erotomanía es un síndrome entre narcoterapeuta y paciente.
Con la neurosis de cada mañana, fumando un pucho que sabe mal.
La felicidad no existe. La vida es cansancio y angustia, más para una persona que no encaja. El amor es como un pantalón recién arrancado de la soga.
¿Es que existe el amor?
Tengo los dedos machucados. Tanto cortar y recortar flores de cartón. Vendo flores de invierno para mañana: Para la primavera que nunca llegará.
En un azulejo queda escrito mi nombre,
ha existido acá una mujer.
No hay bibliorato ni historia clínica, capaz de contener mi nombre. Temo al otro como un rayo.
Me susurran al oído.
¿Para que te levantaste está mañana?
Niña soñadora ya tenés cuarenta y dos
Y es hora de que despiertes. Si el infierno son los otros. Como lo dijo Sartre, devorando una mandarina…
Ohh, diablos que queda,
dormir dormir dormir
Tal vez soñar
¿Era así?
Te presto mi telescopio.
Estoy despierta huyendo, bajo la soledad de la luna…
Charly, todos estamos sólos.
Los libros llevan a mundos imposibles que ya no puedo leer,
afuera llueve, y nos juntamos a llorar o
esperabas que dijera a compartir el periódico, hoy es domingo.
Mañana la chicharra, al trabajo.
El colectivo puntual, en el breve espacio en que no existo.
No estoy psicótica. ¿Qué es un enroque de personalidad?
Tengo una profunda crisis de sentido. Esos edificios parecen Siria, lo que quedó.
Pero es Avellaneda.
Estoy en una localidad del Gran Buenos Aires. Un pueblo de cultura amplia, dónde las viejas, se juntan a murmurar que el barrio está lleno de putas.
Lo cierto es que cada sociedad tiene su pandemónium.
Son las siete de la mañana. Me toca despertar y salir a caminar bajo ésta calle oscura de invierno.
Temiéndole a los otros…
Temporada 1. Episodio 6
Otra solución que encontré a un problema particular en un momento particular fue en la época en que estaba discontinuando la clozapina. En ese momento empecé a vivir experiencias que nunca antes había vivido como la despersonalización que todavía experimento de vez en cuando. En eso días, quizás los primeros sin la droga, o los últimos con dosis bajas, experimenté algo que creo que se parece a lo que otres describen como un delirio. Lo que me pasaba era que yo tenía que leer un cuento para la clase inglés pero no me podía concentrar porque se me había impuesto la idea de que todos los intereses intensos que había tenido a lo largo de mi vida eran manifestaciones de la misma cosa, que había una matriz que regía mis pensamientos a la que yo nunca iba a poder acceder y que todo lo que yo pensaba no era otra cosa que un reflejo de eso. En ese momento, todo lo que tenía a mi alrededor o lo que recordaba lo podía conectar de alguna forma con el folklore, las danzas árabes o la militancia LGBT que al mismo tiempo eran intereses que se habían superpuesto a otros intereses que había tenido en el pasado y que eran de alguna forma nuevas manifestaciones de los temas previos.
En fin, más allá de estas reflexiones quizás delirantes o quizás sólo originales, yo lo que quería era hacer la tarea de inglés pero no podía porque me sentía atrapada en esta cadena de pensamientos y no lograba concentrarme en nada más. Cerca de las 19, pensé que si en cada cosa que yo veía o recordaba aparecía este pensamiento, entonces también iba a estar a cada rato en el cuento. En fin, terminé de leer el cuento en unos 20 minutos y efectivamente encontré el motivo reiterado de forma continua en la historia que leí. Al día siguiente ya no estaba experimentando la intensa fijación en esos pensamientos y pude comentar el cuento en clase a la perfección y hasta me felicitaron por cómo lo había hecho.
Si yo hubiera solicitado “ayuda terapéutica” en ese momento para leer el cuento, sin duda me hubiera terminado en la clínica del parque o bien, con altas dosis de clozapina y sin la tarea hecha.
Como antecedente al episodio mencionado, en más de una oportunidad, cuando tenía que hacer cosas para la universidad y no podía concentrarme por estar interesada leyendo otras cosas, pude encontrar en lo que sí estaba leyendo algo que me sirviera para lo que tenía que hacer y no estaba haciendo.