15/05. Día 61: “Vigilancia sanitarista”
Reconozco mucha auto-exigencia porque quiero concursar en el fondo metropolitano. Cierra en tres días y quiero llegar con una buena propuesta. Le pido ayuda a Marina K. pero hoy me duele la cabeza porque me inyecto mucha presión para hacer una buena propuesta al concurso del fondo metropolitano para las artes, la cultura y las ciencias.
Ayer fui a lo de mi abuela a llevarle plata y el portero me contó que el día anterior el “consejo de propietarios” le había tirado la bronca porque había dejado entrar a un familiar de un inquilino que no tenía permiso oficial. Si en cada casa y departamento en ese edificio antes reinaba una lógica ciudadana, hoy reina una lógica manicomial de vigilancia sanitarista.
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16/05. Día 62: “Adulto-centrismo”
Hago ejercicio y salgo a ver como quedaron las extensiones viales de las veredas sobre las avenidas. Descubro que me da mucha curiosidad ver por mí mismo el impacto de los cambios en las conductas sociales que produce esta pandemia. Han extendido la vereda hacia la calle, dando indicaciones en el piso sobre lo que debemos hacer. «Mantener la distancia es cuidarnos» dice una de las señales y una flecha me indica que debo caminar hacia un tacho de basura. ¿Debería refugiarme dentro del tacho de basura?
Encuentro un local de calzado, pregunto por sandalias pero no tienen en color negro.
Compro ñoquis y mientras hago la fila en la calle converso con un nene de 4 años que estaba con su mamá y en monopatín. Me angustia mucho el daño que las medidas adulto-centristas sanitarias puedan estar haciendo en las infancias. Hoy es el primer día que los menores de 16 años pueden salir una hora hasta 500 metros.
Le voy haciendo preguntas y me contesta midiéndome. No es tonto. El nene me cuenta que en realidad tiene “2 monopatines” y que el que usa ahora “tiene 4 ruedas y me lo trajo Papa Noel”. Recién ahí menciona que Papa Noel se lo trajo “antes del coronavirus”.
En la tarde reunión zoom del grupo de apoyo mutuo, luego viene Francisco a jugar con Sol y me desbordan las emociones de felicidades.
Internan al compañero del grupo de apoyo mutuo Daniel G. de forma involuntaria por una supuesta ideación suicida. El día fue super, extra intenso. A descansar.
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17/05. Día 63: “Sin título”
Asado, picada y tango. Ayer a la noche hicimos un baile familiar en la terraza. Me sentí libre por unos instantes.
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18/05. Día 64: “Patear el tablero”
Salgo a caminar en búsqueda de un comercio abierto que venda reposeras. Como siempre, las encuentro lo que buscaba en el “bajo flores”. Durante la caminata veo una rata muerta a un lado de un tacho de basura.
Despierto con un leve dolor de cabeza, hago muy poco ejercicio y me tomo un ibuebanol. Me parece que voy a patear el tablero en mi corrección política, sobre los concursos. Suelo enviar mis textos que creo pueden ganar y no los textos que quisiera que ganen. Quiero empezar a escribir solamente textos locos que sé que tienen pocas posibilidades de ganar concursos.
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19/05. Día 65: “Hipertensión”
En la mañana me llama mamá, me cuenta que iba a llamar a emergencias porque le dolía el brazo y el pecho. Se encienden las alarmas de un ACV. Estaba asustada. Cancelo el plan de ir a almorzar con Sol a su casa, agarro la bicicleta y me voy para su casa. Le propongo ir a un CESAC o a una guardia. La veo nerviosa, le hago chistes. Decide llamar a emergencias. Esperamos en su casa 3 horas y no viene la ambulancia. 4 horas y nada. 5 horas y nos vamos a la guardia del hospital naval.
Después de 1 hora de esperar en la guardia la atienden y la dejan 2 horas en observación. El hospital está prácticamente vacío, y dentro han instalado tiendas de campaña, como si estuvieran en guerra. Como no hay pacientes, entiendo que el sistema sanitario está colapsado porque las personas no acceden a la atención sanitaria, independientemente del covid-19. Esto es el covidismo-19, que la OMS necesitaba.
Sale más tranquila de la observación pero con la noticia de un pico de hipertensión. Estoy agotado. Regreso a casa a la noche bastante tarde. En realidad no es tan tarde, pero sé que en casa me espera la ansiedad de saber que le sucedió a mi mamá porque me quedé sin batería en el celular.