«La supermodelo y la caja de brillo» es un libro del economista canadiense Don Thompson, quien es conocido por su labor docente en marketing y ciencias empresariales, siendo profesor emérito de la Schulich Business School en la universidad York de Toronto. Además dictó clases en universidades como Harvard o London School of Economics. En el año 2014 publicó este libro como secuela de un libro anterior que aborda el mismo tema: el mercado internacional de la industria del arte contemporaneo.
Se trata de una obra de lectura accesible. El autor no utiliza jerga financiera y cuando tiene que usar un concepto tecnico, se ocupa de dar ejemplos para que se comprenda. El libro está escrito con el estilo narrativo de las revistas que comparten curiosidades, datos de color y chismes de figuras del espectáculo. Este tipo de productos culturales cumple una función importante que es facilitar la posibilidad de dar comienzo a una conversación. Es un libro ideal para dar datos curiosos y decirle a alguien «Sabias que leí en un libro que el cuadro más caro de la historia…» Es un libro de curiosidades, anecdotas y fuentes de información verificables que puede leerse durante las vacaciones o en momentos en los cuales necesitamos relajarnos y ya no queremos pensar, ver películas ni series.
En la contratapa se promocionan las ironías del autor, pero el libro no es un ensayo irónico sobre la industria del arte contemporaneo. Si bien es cierto que por momentos el autor desliza ciertos comentarios ingeniosos sobre los precios que llegan a pagar los consumidores de arte con fines de lucro, nunca llega a elaborar una posición ironica que implica un posicionamiento ante el realismo capitalista, mediante el ejercicio de la consciencia critica. Tal vez el estilo ameno, amable y simpatico en la escritura de Thompson provenga de sus colaboraciones en diarios y revistas especializados en el mercado internacional del arte.
El libro describe con mucho detalle el oficio de compra y venta de arte visual (marchantes), como los comercios de subastas, así como las ferias de arte de distintos países del mundo. Logra mostrar una imagen muy realista del circuito comercial de obras plásticas que pasan de un dueño a otro, como activos financieros. Su libro por momentos puede alimentar el deseo de artistas contemporaneos de pertenecer a ese mundo elitista y cerrado. Me animo a recomendar a jovenes artistas, que no se dejen seducir por los «cantos de sirenas». En ningún momento el autor, indaga sobre el valor intrinseco de las obras de arte, ni tampoco sobre ningún tipo de reflexión estética, poética o etica.
Nadie, ni siquiera Don Thompson, quiere ofender el narcisimo, el individualismo, la hipocresia y la codicia de artistas que venden sus obras en cifras de más de 6 digitos en dolares estadounidenses. La lectura del libro «La supermodelo y la caja de brillo» me entretuvo durante el mes que estuve leyendolo. Lo compré en un estante de ofertas en una librería de la avenida Corrientes en Buenos Aires. Disfruté de este libro y me recordó aquel famoso verso del rock argentino que bailaba en mi juventud: El lujo es vulgaridad, dijo y me conquistó.